lunes, 29 de noviembre de 2010

UN CUENTO DE NAVIDAD




Al llegar al Centro me contaron que Manchas, el gato que ya había venido a la Residencia lo habían adoptado. Todos pensamos lo mismo, parece que todos los que hacen terapia encuentran esa familia que buscamos para ellos. Llevé a este cachorrito de gato y otro de perro, como ejercicio escribimos entre todos un cuento de Navidad en el que los protagonistas eran Navidad, el cachorro de mastín y Fiesta, el de gato. 

Repartimos números al azar, el uno empezaba la historia, la tenía que seguir el dos y así obligábamos a prestar atención y la sorpresa fue que todos decían yo me lo llevo a casa, fue una reacción común. 

Comenzamos con nuestro cuento y mientras unían la historia nos contaban sus navidades entre risas, sin olvidarnos del cuento que a continuación compartimos

Era Navidad, nevaba en la calle y Navidad, un precioso cachorro de mastín estaba sólo en la calle y Pilar se lo encontró, le gustan mucho los animales y se quería quedar con él pero no podía porque no vivía en su casa en ese momento. Había quedado con su amiga Carmen(2) para festejar las fiestas y se lo quería llevar a su casa y quiso llevárselo a su casa para mimarle y cuidarle y pasar así una Navidad feliz.

Mientras tanto Rafaela(3) paseaba por la calle y buscaba polvorones. Se encontró con Vekam mojado por la lluvia, decidió cambiar polvorones por perro, llamó a Carmen porque iba a ir a su casa a comer y no le gustaba mojarle la casa. Carmen le contó que se había llevado a Navidad a su casa y decidieron darse un paseo con los dos perros por la calle. Paseando entre risas llegaron a la puerta del sol (4) donde había un árbol gigante de donde colgaban regalos para todos.  (5) 

Los perros comenzaron a ladrar, miraban a un punto fijo, movían alegres su rabo. Carmen y Rafaela oían un maullido, y vieron entre las ramas a un cachorro de gato al que llamaron Fiesta. (6) Estaba muy alto, les daba miedo  y decidieron llamar a un guardia para que lo bajara. Al ver que nadie lo quería decidieron llevárselo a casa y buscarle una familia.

Tenían que ir a misa pero no podían entrar ni los perros ni el gato(7). Como era su parroquia decidieron hablar con el cura que les buscó una solución hasta que la misa terminara, estaban escondidos, y al finalizar salieron siguiendo a sus dueños. De repente los cachorros se pusieron a jugar(8) había a la salida un vagabundo con su perro dándole calor, sonrió, (9) una sonrisa que le cambió la cara , al ver a los perros jugar. Carmen y Rafaela se miraron, no lo dudaron, no tenían nada que comer pero lo compartirían todos, perros y humanos. 

(10) De la parroquia salieron todos andando, los perros jugaban entre sí, el gato acurrucado en el abrigo de Carmen fueron paseando hasta casa. Todos sonreían, estaban seguros que sería una noche mágica, la más mágica de todas las vividas.


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